¿DOBLE ESTÁNDAR ÉTICO?
- rafovenegas
- 13 dic 2024
- 3 Min. de lectura
En los últimos tiempos vienen ocurriendo cambios significativos en un mundo cada vez más polarizado, tecnificado y escaso de valores. Esto está impactado a la humanidad de muchas maneras, siendo el sentimiento generalizado que el futuro se ve negativo y que los esfuerzos que se hacen para evitarlo son débiles e insuficientes.
Los desarrollos científicos y tecnológicos avanzan a un ritmo exponencial jamás visto, esto ha incrementado dramáticamente la productividad industrial, así como mejorado la calidad de vida de las personas, entre muchos otros logros.
Hoy las empresas más rentables y con mayor valor del mundo son las tecnológicas que han dejado atrás a las de energía. Sin embargo éstas mueven cielo y tierra para evitar a los sustitutos y siguen siendo la causa principal de los conflictos bélicos y por ende, generándole grandes negocios a la multimillonaria industria de armamentos.
Mientras esto sucede en la vida real en varios lugares, los demás somos espectadores, en vivo y en directo, de como sufren y mueren miles de personas.
¿Y los burócratas dorados de los organismos internacionales? Bien gracias, obnubilados por la polarización política en sus inútiles foros que no deciden nada.
En el ámbito humano, el nefasto deterioro de valores y de moral, así como la mentira descarada, se han convertido vergonzosamente en la nueva normalidad. Esto le ha facilitado la vida al crimen organizado, que ha diversificado y multiplicado sus negocios ilegales en los últimos años, pero también ha generado una peligrosa ambigüedad ética a los negocios “formales”. Una posibilidad latente de doble estándar, que obviamente no comulga con la ética. ¿o sí?
Esta alternativa de doble estándar se presenta debido a que los grandes desarrollos científicos y tecnológicos pueden ser utilizados tanto para hacer el bien, como para hacer el mal. En consecuencia, su uso depende única y exclusivamente de la ética de quien decide.
Para ilustrar mejor el punto, aquí les muestro tres ejemplos de esta ambigüedad o “doble estándar ético”:
1. EMPRESAS DE TECNOLOGÍA
Producen robots con IA, drones, impresoras 3D, etc. que mejoran tremendamente la productividad industrial, el agro y la medicina humana, entre muchas otras cosas. Sin embargo, la misma empresa también produce armas de guerra cada vez más poderosas que destruyen vidas humanas.
2. EMPRESAS DE TELECOM
Hoy, gracias a ellas, nos podemos comunicar instantáneamente con cualquier persona, en cualquier parte del mundo, vía voz o imagen, a través de los smart phones, tabletas y lap-tops que producen. Sin embargo, no existe un control efectivo para proteger a los niños, ni para evitar los “fake news” que tanto daño hacen. Además, nuestros datos pueden ser utilizados para manipulaciones de todo tipo, incluyendo el fraude cibernético.
3. LABORATORIOS FARMACÉUTICOS
Gracias a las drogas y vacunas que producen, se prolongan y se salvan muchas vidas. Sin embargo, se enfocan en controlar las enfermedades crónicas (y no a curarlas), convirtiendo en dependientes de por vida a millones de personas. Esto les genera grandes ganancias aseguradas por largo plazo. Además, también producen drogas que causan adicción y destruyen vidas como OxyContin y Fentanilo, entre otras.
Éstas industrias, como muchas otras, desarrollan, producen y comercializan excelentes productos que benefician a la humanidad, pero también manejan un componente riesgoso cuyo uso depende exclusivamente de la ética de quien lo manipula.
Está claro que la ética es una sola y no admite ambigüedades. Es decir, el doble standard ético es definitivamente un oxímoron. ¿Entonces cómo se deben entender estos casos generados por la nueva normalidad?
¡Food for thought!

A través de los tiempos la humanidad ha manejado la ética como un control al descontrol humano, nuestra sociedad moderna la aplica de acuerdo a su conveniencia.
la ética es la línea más corta entre dos puntos, y ésta no debe dibujarse paralela a la línea de la conveniencia